jueves, 20 de marzo de 2025
30 de octubre de 2024
La economía de España sigue siendo la sorpresa positiva dentro de la zona euro (el outperformer que dicen los anglosajones). El PIB del tercer trimestre ha vuelto a sorprender a los analistas y al consenso del mercado con un crecimiento del 0,8%, superando en dos décimas lo previsto. Además, el PIB anual ha crecido un 3,4%, dos décimas más que el trimestre anterior y cuatro décimas más de lo previsto por los expertos. De este modo, la economía de España está creciendo cuatro veces más rápido que la de la zona euro.
La fuerte creación de empleo tiene buena parte de culpa de este gran crecimiento del PIB. Las horas trabajadas variaron un 0,9% interanual y el empleo en términos de ocupados equivalentes a tiempo completo un 1,9% –en comparación con el 2,3% y el 2,1% del trimestre precedente.
Desde el INE explican en la nota de prensa que en términos intertrimestrales, la demanda nacional contribuyó con 0,9 puntos al crecimiento intertrimestral del PIB. Por su parte, la demanda externa aportó -0,1 puntos. Por agregados de demanda, el gasto en consumo final de los hogares creció un 1,1% y el de las Administraciones Públicas un 2,2%. Por su parte, la formación bruta de capital registró una variación del -0,7%. Esto último es la nota negativa del crecimiento en España, puesto que la formación bruta de capital es el equivalente a la inversión. Sin inversión, el crecimiento futuro no puede ser sostenible. Por otro lado, las exportaciones de bienes y servicios presentaron una tasa intertrimestral del 0,9%, lo que supuso dos décimas más que en el segundo trimestre. Por su parte, las importaciones registraron una variación del 1,2%, con un incremento de seis décimas respecto al trimestre precedente.
Todos los sectores avanzan menos construcción
Por el lado de la oferta, todos los grandes sectores presentaron tasas positivas en su valor añadido, salvo la Construcción. Así, las ramas industriales crecieron un 0,2% intertrimestral. Dentro de las mismas, la industria manufacturera moderó su tasa en 1,5 puntos respecto al trimestre precedente, hasta un crecimiento del 0,1%.
El crecimiento de los Servicios se moderó en una décima, hasta el 1,1%. Y las ramas primarias registraron una variación intertrimestral del 0,5%, frente al -2,8% del trimestre anterior. Por su parte, el valor añadido bruto de la Construcción disminuyó un 1,4% intertrimestral, presentando una tasa 2,0 puntos menor que la del trimestre anterior.
¿Por qué España crece mucho más que Europa?
El crecimiento económico de España en los últimos años ha sido superior al de la media de la zona euro, y esto puede explicarse por una combinación de factores estructurales y coyunturales que han favorecido el dinamismo de sectores clave como el turismo, el empleo y los servicios, que, a su vez, están impulsando la demanda interna y la inversión. Igual que la crisis del covid golpeó con mayor intensidad a los pilares de la economía española, la recuperación posterior ha estado focalizada en estos mismos pilares, generando una suerte de montaña rusa para el PIB agregado que ahora mismo se encuentra en subida libre.
En primer lugar, el turismo ha jugado un papel crucial en el crecimiento económico. España sigue siendo uno de los principales destinos turísticos del mundo, y tras el parón causado por la pandemia, la llegada de turistas internacionales ha alcanzado cifras récord. Este auge del turismo tiene efectos positivos en muchos sectores, especialmente en la hostelería, el transporte, el comercio minorista y la construcción, lo que contribuye al crecimiento del PIB. La recuperación de este sector ha sido más rápida en España que en otros países europeos, lo que se refleja en el incremento del gasto turístico y su impacto directo e indirecto en la economía.
Otro factor relevante es la dinámica positiva del mercado laboral. El crecimiento económico en España ha venido acompañado de una fuerte generación de empleo, lo que refuerza el consumo interno. La tasa de paro, aunque todavía relativamente alta en comparación con otros países de la zona euro, ha disminuido significativamente, y se han creado cientos de miles de puestos de trabajo en sectores clave como los servicios y la construcción. El aumento de la afiliación a la Seguridad Social y el descenso del desempleo han impulsado la demanda interna, ya que los hogares tienen mayor capacidad de gasto.
A nivel sectorial, el sector servicios ha sido uno de los motores más importantes del crecimiento en España, superando al sector industrial. Esto se debe en parte a que la estructura económica española está más orientada a los servicios, en especial el turismo, la hostelería, el comercio y las actividades financieras. En el contexto de recuperación post-pandemia, los servicios, que dependen más de la movilidad y el contacto personal, han experimentado un repunte significativo. La rápida reactivación de los servicios ha compensado en parte el rendimiento más débil del sector industrial, que sigue enfrentando retos como el encarecimiento de materias primas, problemas en las cadenas de suministro y la transición hacia una economía más verde.
En contraste con otros países europeos, la política económica de España ha facilitado esta recuperación gracias a una mayor llegada de los fondos europeos del programa Next Generation EU que están siendo clave en la financiación de proyectos de inversión en infraestructuras, digitalización y transición ecológica. Estos fondos han tenido un impacto directo en la inversión pública y privada, mejorando la productividad en sectores estratégicos y generando un impulso adicional al crecimiento económico.
Por último, otro factor que explica el diferencial de crecimiento con respecto a la media de la zona euro es que España partía de una base más baja tras la crisis financiera de 2020 y la profunda recesión. El impacto de la pandemia, aunque severo, dejó la economía española en una situación donde el potencial de rebote era mayor debido al margen de mejora en comparación con economías más consolidadas y diversificadas como la alemana o la francesa. Esto ha permitido que, en términos relativos, España crezca a mayor ritmo que otros países, aunque el nivel de convergencia aún está lejos de alcanzarse en algunos indicadores como la productividad o la renta per cápita.
En resumen, el crecimiento acelerado de la economía española se debe a una combinación de un fuerte sector turístico, una recuperación sólida del empleo, un sector servicios en auge y un contexto favorable de inversión apoyado por fondos europeos, junto con la oportunidad de recuperar terreno tras crisis previas.