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26 de septiembre de 2024

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La OCDE mejora su previsión de PIB para España en 2024 y 2025 y sitúa al país a la cabeza de las economías avanzadas

Eleva un punto su pronóstico para este año y dos décimas para el siguiente, por encima de la eurozona o EE UU.
El Gobierno revisa también las previsiones de crecimiento para 2025 y 2026 y las eleva dos décimas.

La OCDE se ha sumado a la oleada de revisiones al alza en las previsiones de crecimiento económico para España y ha mejorado su pronóstico de avance del PIB al 2,8% en 2024 y al 2,2% en 2025. Se trata de un incremento de un punto porcentual y de dos décimas, respectivamente, frente al anterior informe, publicado el pasado mes de mayo.

Las previsiones de la OCDE se habían quedado particularmente obsoletas, pues no tenían en cuenta los datos de PIB del primer y el segundo trimestre de año, que sorprendieron a casi todos los analistas por su fortaleza. Con estas cifras ya en los modelos, el ajuste ha sido relativamente automático.

La revisión que ha acometido el organismo, compuesto en su mayoría por países de renta alta, se alinea con las últimas que se han publicado en España. De hecho, el pronóstico de la OCDE es clavado al del Banco de España y prácticamente idéntico a los escenarios que contemplan la Airef (aunque con matices) y el propio Gobierno de España para este año y el próximo. No obstante, hay que tener en cuenta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará un nuevo dato de PIB del segundo trimestre el próximo viernes. La fecha es importante porque en esta ocasión la oficina estadística actualizará el perfil de crecimiento trimestral tras la gran revisión del PIB de 2021, 2022 y 2023 que reveló el jueves pasado. Se trata de una cuestión fundamentalmente técnica, pero que puede alterar las previsiones de crecimiento.

A la cabeza del mundo desarrollado
Las nuevas previsiones de la OCDE sitúan a España a la cabeza de crecimiento dentro del club de las economías avanzadas tanto en 2024 como en 2025. Si se cumplen los augurios, la economía española avanzaría por encima de sus homólogas del euro, y de países como Estados Unidos, Japón, Canadá o Australia este año y el siguiente.

En el caso de la eurozona, las previsiones siguen siendo de escaso crecimiento económico, especialmente en 2024. La OCDE estima que el PIB alemán apenas avanzará un 0,1% este año, el francés lo hará un 1,1% y el italiano, un 0,8%. En lo que respecta a 2025, el análisis es más favorable, pero el crecimiento previsto para el conjunto del euro (1,3%) sigue lejos de las cifras esperadas para España (2,2%). En cuanto a la inflación, la OCDE estima que los precios del consumo aumentarían un 3% en 2024, para después reducirse hasta el 2,1% el año próximo. Una cifra, esta última, ya dentro de la órbita de lo que la mayoría de los bancos centrales del mundo (incluido el BCE) considera deseable.

Tensiones comerciales y geopolíticas
A nivel mundial, la OCDE sostiene que el crecimiento económico se mantendrá en los dos próximos años, al mismo tiempo que la inflación sigue moderándose. Sin embargo, esto no será así para todos los países. Los pronósticos han empeorado para Estados como Alemania o Argentina, que atraviesan coyunturas complicadas.

Los indicadores de alta frecuencia apuntan a que la actividad está acelerando, al tiempo que el crecimiento de los salarios impulsa la recuperación de poder adquisitivo. Aunque en muchos países todavía no ha vuelto a los niveles prepandemia. La inflación sigue su sendero a la baja, pero todavía resisten bolsas en ciertos servicios que se resisten a desaparecer. Sin embargo, los riesgos que rodean a la economía mundial siguen siendo significativos. Las tensiones comerciales y geopolíticas podrían frenar la inversión y elevar los precios de las importaciones, con el consiguiente efecto perjudicial para el PIB y la inflación. También está la cuestión de los mercados de trabajo, que resisten con niveles de paro históricamente reducidos. Si el desempleo repuntase, el crecimiento podría resentirse.

También podría suceder lo contrario, que la recuperación de rentas impulse la confianza de los consumidores e impulse el gasto. O que una caída en los precios del petróleo más pronunciada de lo previsto ayude a bajar la inflación más rápido.

Finalmente, la OCDE ha vuelto a repetir su llamamiento a los países para que adopten "acciones fiscales decisivas" para garantizar que la deuda pública es sostenible. El organismo cree que es "clave" para la estabilidad de la deuda que los países acometan mayores esfuerzos para contener el gasto y potenciar los ingresos.

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