sábado, 05 de octubre de 2024
17 de noviembre de 2023
La economía española ha cambiado en el complejo proceso de una pandemia, varias guerras y una crisis de precios histórica e inédita en varias décadas. Por el camino, tanto en España como en Europa, los países se han visto obligados a abordar medidas de apoyo económico con un marcado carácter sanitario y social. Ese importante despliegue de gasto público se ha asumido con un también destacable incremento de la presión fiscal, el indicador que suma los ingresos por IRPF, las cotizaciones sociales y el IVA en relación al PIB. En España, ese indicador aumentó 2,9 puntos y en 2022 supuso el 38,3% del PIB. Tal y como refleja Fedea, la evolución de este indicador en España ha sido bastante superior a la media de la Unión Europea (aumenta 0,2 puntos, hasta el 41,2%) y de la Eurozona (sube 0,5 puntos, hasta el 41,9%). De esta forma, el fisco español ha cerrado parcialmente la histórica brecha con la media ponderada a nivel comunitario.
Este peso relativo ha aumentado gracias, especialmente, al impuesto sobre la renta: explica dos tercios del incremento desde 2019. De esos 1,9 puntos sobre el PIB, la imposición personal o familiar explica 1,25 puntos y la que gira sobre las corporaciones otros 0,65 puntos. ¿Hay efecto precios? De forma ineludible. La inflación ha variado un 27% al alza al tomar como referencia el primer mes de 2019. Miguel Ángel García, investigador de Fedea y profesor de la URJC, explica a elEconomista.es que "la no actualización de tarifa del IRPF y deducciones explica casi todo". Además, añade un apunte: el afloramiento de la economía sumergida por el pago electrónico. "Ha habido pocos cambios normativos", precisa.
Las cotizaciones sociales han aumentado considerablemente su peso: han aumentado 0,5 puntos del PIB, especialmente por aquellas que paga el empleador (+0,5 puntos). Han mejorado los salarios, por tanto las bases de cotización y también hay más trabajadores en el mercado laboral, también por un efecto de afloramiento de la economía sumergida por los Ertes, cuando trabajadores y empresas vieron la importancia de tener todo en regla para poder acceder a este escudo de protección laboral.
En cuanto al consumo, la merma del poder adquisitivo se ha suplido con el efecto denominador de los precios. El IVA, un impuesto indirecto, se calcula como un porcentaje del precio del producto o servicio. En este sentido, su peso relativo al PIB también se ha visto incrementado en otro medio punto.
Así, IRPF supone el 62,1% de los ingresos, cotizaciones sociales el 20,4% e IVA el 17,2% de los ingresos.