sábado, 30 de septiembre de 2023
15 de septiembre de 2023
El Banco Central Europeo (BCE) ha actualizado este jueves sus previsiones macroeconómicas para la eurozona (área compuesta por 20 de los 27 países de la Unión Europea) y, al igual que en las ocasiones anteriores, ha recortado sus cálculos sobre el crecimiento al tiempo que ha elevado sus estimaciones sobre la subida de los precios, dando forma así un escenario de estanflación (estancamiento de la economía y alta inflación). El BCE proyecta que el producto interior bruto (PIB) de la zona euro solo crecerá un 0,7% en todo 2023, cuando la previsión anterior era dos décimas superior. Para 2024 el pronóstico del PIB baja cinco décimas hasta el 1% y de cara al año siguiente pasa a ser del 1,5% (antes 1,6%). "La economía se estancó en el primer semestre [de este año] y los últimos indicadores sugieren que también ha sido débil en el tercer trimestre", ha señalado Christine Lagarde, presidenta del Consejo de Gobierno del banco central, en la rueda de prensa de este jueves.
Según los últimos datos de Eurostat (la oficina estadística europea), el PIB de la eurozona apenas se expandió un 0,1% en el segundo trimestre respecto al anterior, e igualmente aumentó solo una décima intertrimestral entre enero y marzo.
El principal lastre de la región de la moneda única es ni más ni menos que su mayor potencia, Alemania, cuyo PIB se estancó entre abril y junio tras haber sufrido una recesión técnica a principios de año. Y todo apunta a que el retroceso económico alemán podría producirse de nuevo pronto.
"El impulso económico debería repuntar"
La preocupación en lo que resta de 2023 radica sobre todo en el sector terciario de la economía, el que tiene más peso en el PIB, cuya actividad en el conjunto de la zona euro se contrajo en agosto por primera vez en siete meses, según los indicadores adelantados (los PMI). "El sector de los servicios, que hasta ahora se había mostrado resistente, también se está debilitando", ha destacado Lagarde ante los medios.
No obstante, la banquera central ha querido dar una pincelada de optimismo al horizonte dibujado: "Con el tiempo, el impulso económico debería repuntar, ya que se espera un aumento de los ingresos reales, apoyado por la caída de la inflación, el aumento de los salarios y la solidez del mercado laboral [con el paro en mínimos históricos], lo que apuntalará el gasto de los consumidores", ha asegurado en su discurso.
En una respuesta a las preguntas de los periodistas, la francesa ha indicado también que aunque los beneficios de las empresas europeas continúan aumentando, está produciéndose una "inflexión a la baja". Desde Bloomberg señalan la importancia de este hecho dado que el BCE ha defendido hasta ahora que las compañías debían absorber las subidas salarias en sus márgenes de beneficios en lugar de incrementar estos, como ha sucedido hasta ahora.
La inflación, descontrolada hasta 2025
En su cuadro macro, el BCE también ha elevado sus estimaciones de inflación. Espera que los precios que pagan los consumidores suban un 5,6% de media este año, dos décimas más que lo anticipado en junio.
El vaticinio del índice de precios al consumo (IPC) de 2024 se sitúa en el 3,2% (frente al 3% previo). La agencia Reuters ya avanzó ayer miércoles que el BCE elevaría por encima del 3% su predicción de inflación del año que viene.
El Banco Central Europeo solo ha recortado su previsión de inflación para 2025, en una décima al 2,1%.
La razón de ser del BCE es garantizar la estabilidad de precios en la eurozona, tal y como le encomienda el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Para cumplir con su mandato, el organismo se marca un objetivo de inflación de alrededor del 2%. El IPC se situó en agosto en el 5,3% interanual, esto es, fue más del doble que dicha meta. Y es que, teniendo en cuenta sus propias previsiones, el banco central admite que los precios no estarán bajo control hasta dentro de dos años como pronto.
El BCE actualiza su cuadro macro una vez al trimestre. Y en esta ocasión, basándose precisamente en sus pronósticos, ha decidido subir otra vez los tipos de interés llevando el principal al nivel más alto desde 2001 (4,50%). "La revisión al alza [de la inflación] para 2023 y 2024 refleja principalmente una senda más elevada de los precios de la energía. Las presiones inflacionistas subyacentes continúan siendo intensas, pese a que la mayoría de los indicadores han comenzado a moderarse", explica el Consejo de Gobierno del BCE en su comunicado sobre los tipos, que esta vez también ha incluido las perspectivas económicas.
En este sentido, el banco central ha reducido ligeramente sus augurios del IPC subyacente (índice que excluye los precios de la energía y los alimentos, por ser más volátiles). El cálculo para este año es del 5,1%, del 2,9% de cara a 2024 y del 2,2% para 2025.
"Aun así, a ojos del BCE, tanto la inflación general como la subyacente por encima del 2% en 2025 no son compatibles con su propia definición de estabilidad de precios", afirma en un análisis Carsten Brzeski, jefe de Macro de ING Economics. "No fue tanto la dirección de las revisiones como los niveles absolutos y el largo periodo de desviación del objetivo lo que motivó la decisión del BCE de hoy", añade este analista.
Tambores de estanflación
El BCE comenzó a incrementar los tipos de interés en julio del año pasado ante el fuerte resurgimiento de la inflación en Europa tras la crisis por la pandemia y el estallido de la guerra de Ucrania, entre otros factores. Desde entonces, la institución ha encarecido el precio del dinero 450 puntos básicos para ahogar la demanda.
"Es importante tener en cuenta que, para que la inflación se reduzca, primero hay que reducir el consumo tanto de las empresas como de las familias", explica en un análisis Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro. "Sin embargo, esto puede acarrear, como está ocurriendo ya en muchos países europeos, una desaceleración en la economía", agrega este experto.
El BCE ha dejado entrever que la de hoy podría ser la última alza en el actual ciclo de endurecimiento. En su comunicado admite que los tipos de interés "han alcanzado niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial al pronto retorno de la inflación al objetivo".
El impacto negativo de los tipos altos en la economía del Viejo Continente es más que palpable. No solo el BCE da más probabilidades a la estanflación que antes del verano. En sus previsiones actualizadas, conocidas a principios de semana, la Comisión Europea recoge que la media de inflación en 2023 será del 5,6%, al igual que el BCE, aunque de cara a 2024 Bruselas es un poco menos pesimista (espera el IPC en el 2,9%).
Al mismo tiempo, la Comisión recortó sus previsiones para el PIB, anticipando que la eurozona se expandirá un 0,8% en 2023 (una décima más que lo esperado en Fráncfort) y un 1,3% el año que viene (tres décimas más que el BCE).